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17.4.13

ANÁLISIS DE DATOS SECUNDARIOS


El objeto de estudio que hemos considerado analizar en esta segunda práctica es el riesgo de pobreza. El término ha sido acuñado por Estrategia Europa 2020, el cual define este nuevo indicador como grupo de personas que viven en situación o riesgo de pobreza y exclusión social agrupando tres factores o situaciones:

  • Personas en riesgo de pobreza después de transferencias sociales, se consideran en riesgo de pobreza a aquellas personas que viven en hogares que tienen una renta inferior al 60% de la renta mediana equivalente. Anteriormente, éste era el único factor que componía el indicador de referencia de personas en riesgo de pobreza.
  • Carencia material severa,  esta variable trata de precisar mejor la definición de la pobreza más allá de la cantidad de dinero que se ingresa y profundiza en las implicaciones materiales que tiene la renta sobre la forma de vida. Este factor agrupa a personas que viven en hogares que declaran no poder permitirse 4 de los 9 ítems seleccionados a nivel europeo. Estos ítems son: pagar el alquiler o una letra; mantener la casa adecuadamente caliente; afrontar gastos imprevistos; una comida de carne, pollo o pescado al menos tres veces por semana; pagar unas vacaciones al menos una semana al año; un coche; una lavadora; un televisor en color; un teléfono.
  • Personas que viven en hogares con muy baja intensidad de trabajo, esta variable comprende la relación entre el número de personas por hogar que están en edad de trabajar y el de las que efectivamente trabajan.

El interés por la pobreza de los jóvenes se sustenta en la preocupación por las dificultades  que tienen a la hora de insertarse en el mundo laboral, las elevadas tasas de fracaso escolar y abandono escolar temprano (Quintini et al (2007)) y el difícil acceso a la vivienda y al consumo de bienes duraderos. Pero, ¿son los jóvenes más pobres que otros colectivos? Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) en el periodo 2009-2011, la tasa de riesgo pobreza y de exclusión social (tabla 1) para el total de la población española es del 21’8%, mientras que para el caso de los jóvenes, con la definición amplia que utilizamos aquí (de 16 a 29 años), estos valores son del 17,5% en 2009 y del 23,9% en 2011. Si comparamos los resultados obtenidos con los demás rangos de edades, observamos que en 2011 los menores de 16 y los de 16 a 29 años son los que componen el mayor riesgo de pobreza y de exclusión social, superando a todos los demás en cifras considerables.

TABLA 1





Consideramos importante destacar la variable sexo, puesto que es determinante en la incidencia de la tasa de riesgo de pobreza en la población. La pobreza persistente es mucho más aguda entre las mujeres que entre los hombres en casi todos los tramos de edad. La mayor vulnerabilidad de las mujeres a los procesos de empobrecimiento viene determinada por las condiciones adversas en que ellas acceden al mercado de trabajo, su extensa dedicación a tareas no remuneradas, sus déficits de alimentación, educación y atención sanitaria, y su menor dotación de activos económicos, sociales y culturales en comparación con los hombres. Medir el riesgo de la pobreza es complicado, pero cuando se trata de la “feminización de la pobreza” surge un problema adicional relacionado con la aun invisibilidad de las mujeres y la naturalización de su función reproductora.


Para concluir con la práctica reflexionaremos brevemente sobre las causas que provocan este aumento del 2009 al 2011. Un informe elaborado por la OSE achaca estos datos a las reformas laborales que han abaratado el despido y a las medidas de austeridad que provocan un entorno macroeconómico recesivo, y propone el "desarrollo" de una economía basada en el conocimiento, la innovación y un mayor aprovechamiento de los recursos.



BIBLIOGRAFÍA



- EAPN Madrid (2009), “Las cifras de pobreza y exclusión social en España de cara a Europa 2020”, Plataforma de ONG de Acción Social, y Plataforma del Voluntariado de España.
- Quintini, G., J.P. Martin, S. Martin (2007), “The Changing Nature of the School-to-Work Transition Process in OECD Countries”, IZA Discussion Paper No 2582.
- Pearce, D. (1978), "The Feminization of Poverty: Women, Work, and Welfare", Urban and Social Change Review 11.
- Público.es (2013), “El riesgo de pobreza en los españoles llega al 21’8% en 2011.

1.4.13

ENFOQUE CUALITATIVO


En la presente entrada nos disponemos a analizar el artículo escrito por Amparo Lasén Díaz, “The Social as Mobility: Uses and Presence of Mobile Phones” se analiza las implicaciones que pueden tener el uso y la presencia de los teléfonos móviles basándose en los resultados de una investigación longitudinal en la que se realizó un trabajo de campo, entrevistas y observación en un espacio público de Londres, París y Madrid durante los años 2002-2004. Se pone como ejemplo el estudio del uso del móvil para explicar el análisis social relacionado con la movilidad, ya que esta tecnología vuelve visibles “flujos y movilidades preexistentes”, al mismo tiempo que hace que la información, la comunicación, los afectos y algunas actividades sean más fluidas y de fácil acceso. En este artículo también se trata sobre la creación que esta tecnología ha suscitado en las nuevas formas de marcaje y codificación, creando casi un lenguaje propio. Los fenómenos aquí descritos son analizados, según la autora, a partir del miedo que suscita estos cambios en las relaciones sociales.

La mayor dificultad que se encuentra la investigación es lo complicado de realizar  una observación del seguimiento de los usuarios y sus teléfonos móviles, dado que como muy bien explica la autora “es relativamente fácil saber si alguien está hablando, aunque no se pueda oír el contenido de la conversación. Pero para usos no vocales, a menos que se pueda observar por encima del hombro del usuario, es difícil saber si está escribiendo y enviando un SMS, jugando, consultado la lista de contactos, leyendo mensajes antiguos, miran- do fotos…” (pp. 156). Otra dificultad que menciona es la imposibilidad de obtener la misma información en los diversos ámbitos estudiados, puesto que dependen de la acción (ya sea hablar por teléfono, escribir o leer un SMS…), de lugar, de la distancia entre investigador y objeto de estudio o de las actividades que estén llevando a cabo mientras utilizan el teléfono móvil. La última dificultad que se nombra es cómo el trabajo etnográfico ha sido como estar en dos o tres sitios a la vez “el espacio físico donde se encuentran los usuarios y el de la conversación telefónica” (pp.157). 

Los objetivos de la investigación no se explicitan en el artículo, dado que está basado en los resultados de una investigación, podemos señalar que el texto presente explora el concepto de flujo y los imaginarios que existen relativos al uso y presencia de teléfonos móviles y las implicaciones que ello conlleva. No podemos conocer los objetivos de la investigación por falta evidente de medios, como es la investigación en sí.

En lo referente a la metodología, tan solo aparecen breves consideraciones relativas a la practicas etnográficas, no así́ a las entrevistas. Para la práctica de la observación se fueron registrando en notas y en alguna ocasión grabaciones de video y fotografías, teniendo en cuenta la forma de actuar, de expresarse, de tomar fotos, escribir mensajes... Como ya hemos dicho se trata de un estudio longitudinal que tiene lugar desde el 2004 hasta el 2006.

Las principales conclusiones que hemos encontrado es la contribución que ofrece el teléfono móvil para desarrollar la coexistencia entre espacios, tiempos, relaciones y categorías, al mismo tiempo aumenta el número de “flujos que se entrecruzan, , obligando a una renegociación de límites entre ámbitos y de códigos de conducta” (pp. 166). El uso del móvil vincula ámbitos y relaciones separadas. La autora señala además que “su posición ambivalente respecto de la gestión y reforzamiento de sentimientos de estrés y ansiedad revelan este carácter contradictorio” (pp.166).

BIBLIOGRAFÍA

Lasén Díaz, Amparo (2006), “The Social as Mobility: Uses and Presence of Mobile Phones”, Política y Sociedad, número 43. Disponible AQUÍ.